Los juicios rápidos por alcoholemia

Dic 1, 2023Legal0 Comentarios

Qué son los juicios rápidos por alcoholemia

Los juicios rápidos son procedimientos judiciales que se aplican a ciertos delitos cuyas penas privativas de libertad no superen los cinco años. Están regulados por la Ley Orgánica 8/2002 y la Ley 38/2002, de 24 de octubre.

Los delitos contemplados en los juicios rápidos son aquellos que tienen como circunstancias concurrentes las amenazas, coacciones, lesiones, violencia física, hurto, robo y delitos contra la seguridad del tráfico.

Se diferencian de los juicios convencionales en la celeridad en sus actuaciones. Tienen como objetivo resolver los casos de manera eficiente, reducir el tiempo del proceso y emplear menos recursos que en los juicios ordinarios.

Los juicios rápidos se suelen llevar a cabo en un solo acto procesal. El detenido sigue conservando todos sus derechos: defensa, información de cargos y asistencia legal. La sentencia se suele dictar en el mismo acto o en un plazo muy corto de tiempo.

En el específico caso de los juicios rápidos por alcoholemia, el juez debe determinar el grado de la pena y la cuantía de la sanción correspondiente. Dicha sentencia irá en función del grado de alcoholemia alcanzado en las pruebas que han realizado los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Otros factores relevantes son la reincidencia y los antecedentes del acusado, así como cualquier otro elemento que el juez decida valorar.

Consejos para afrontar un juicio rápido por alcoholemia

En el caso de estar acusado por un caso de alcoholemia es fundamental seguir una serie de pasos para gestionar este tipo de procesos con las máximas garantías en cuanto a la defensa.

Probablemente el primer paso que hay que realizar es conseguir un adecuado asesoramiento legal. Buscar un abogado especializado en casos de tráfico puede ayudar en gran medida a resolver los casos.

Siguiendo las instrucciones del abogado es posible que tengamos que reunir la mayor cantidad de evidencias para respaldar nuestro caso. Pruebas médicas, algún testimonio de acompañantes o cualquier detalle que pueda afectar al proceso.

Durante la vista oral es muy conveniente acudir puntualmente a la citación y vestir correctamente. Lo contrario puede volverse en nuestra contra. Mantener el silencio, sin efectuar gesticulaciones ni aspavientos, solamente hablar cuando se nos requiera. Nunca discutir con miembros del tribunal, abogados o demás intervinientes. Mostrar siempre el máximo respeto y educación.

Hablar alto, claro y fuerte. Tratar de exponer nuestros argumentos o respuestas con la mayor claridad. Evitando caer en contradicciones.

Siempre seguir las indicaciones del abogado que tratará de favorecer nuestros intereses. Especialmente si su consejo es llegar a un acuerdo, seguir programas de rehabilitación o clases de Seguridad Vial. Todo ello encaminado a reducir, en lo posible, la pena o sanción.

Elegir un buen abogado

Ya hemos visto que contar con una adecuada asesoría legal es muy importante a la hora de enfrentarnos a un juicio rápido por alcoholemia. Por ello es fundamental acertar en la elección de un buen abogado que pueda llevar a cabo nuestra defensa jurídica.

Aquí podemos ver algunas pautas para la elección de abogado en casos de alcoholemia. El mundo procesal y de la abogacía es muy amplio y complejo. No todos los letrados están preparados para llevar la defensa de determinados casos. Como en Medicina y otras disciplinas existen las especializaciones.

Buscaremos un abogado o despacho de abogados especializados en casos de conducción bajo influencias. Un experto letrado en casos de alcoholemias tiene la suficiente y acreditada experiencia para entender las complejidades y estrategias legales correspondientes.

Nos informaremos sobre la reputación de nuestra defensa. En este aspecto podemos investigar las opiniones y reseñas de otros defendidos. También puede ser de ayuda el «boca a boca». Las recomendaciones que algún allegado nos pueda facilitar al respecto.

Asegurarnos que el abogado candidato reúne todos los requisitos legales. Licencias, inscripción en el Colegio de Abogados, etc.

Una vez elegido el abogado es necesario aclarar desde el principio los honorarios profesionales. Nos tiene que especificar de manera comprensible todas las tarifas, costes y cualquier posible cargo adicional que se pueda producir durante el proceso. Debemos saber cuánto nos puede costar nuestra defensa jurídica.

En todas las fases del proceso es muy importante mantener una comunicación adecuada y sincera con el abogado. Explicarle todos los detalles relevantes del suceso y todas aquellas circunstancias concurrentes que puedan afectar a la defensa. Y, por supuesto, seguir todas sus indicaciones, especialmente durante el desarrollo de la vista oral del juicio.

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